Soy una de esas personas que odia ir al médico y sólo va en casos muy extremos y esta era una de esas situaciones.
Esperé hasta que dijeron mi nombre, no me molestó la espera, es más, se me hizo extraño que tras una espera mía alguien me aguardara y dijera mi nombre en voz alta.
Entré en aquella sala y aquel señor rechoncho de mirada hueca me preguntó qué me pasaba.
- "Verá doctor me duele mucho aquí, en el pecho, noto una gran presión que no termina de irse por mucho que yo me empeñe y resople".
Me hicieron varias pruebas: me pincharon, me hicieron radiografías... hasta me abrieron el pecho para ver que había ahí dentro pero no encontraron nada excepto una nota que decía: "cese por defunción".
Entonces el médico se limitó a extenderme una nota recetándome: tiempo.
- "Con esto el dolor que sientes por su pérdida se irá apagando, y aunque es posible que no se termine de ir del todo quizás puedas acabar con el con salivas de otras bocas".
Tal vez me cure de ti.
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