miércoles, 11 de febrero de 2015

Hablo de...

... despedidas en una estación de metro, de las que no quiero darte, hablo de perdernos entre los brazos y que nos marchemos tú a tu casa y yo a preguntarme por qué no sigo tu camino.

Hablo de aprender cómo tomas el café, de ver lo guapa que estás de resaca y quedarme con la cara de un niño cuando ve por primera vez el mar, aunque preferiría quedarme con la tuya y mirar de reojo a mis malas decisiones esconderse de vergüenza al ver como, por fin, elijo una buena.


Hablo, hablo y hablo pero lo que quiero, es que vuelvas a ponerme esa cara capaz de recogerme todos los inviernos y ponerlos a calentar.

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