...Tengo
hambre de ti desde el primer “hola”, que
necesito un descanso de todo menos de tu boca, que nuestras noches son
compatibles y nuestros cuerpos encajan perfectamente como un puzle de dos
piezas.
Supongamos que prometes fugarte conmigo el día de tu boda.
Supongamos
que me sale tener detalles estúpidos contigo.
Supongamos
todo esto, aunque yo sólo sea un tipo al que no le importa andar por la noche
porque no puede hacer otra cosa que pensar en ti.
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