Aún recuerdo los días en los que nos pasábamos horas muertas mirándonos con cara de bobitos, esas ganas de besarte y esa manía tan mía de entregarte el corazón en cada suspiro, en cada verso regalado mientras pasaban los días y los besos.
Y siento nostalgia pero no me malinterpretes no siento nostalgia de ti sino de mí, de aquel chico al que le valía que una chica le mirara de esa forma y le dibujara en la cara una sonrisa de esas que no se saben poner así como así logrando que entregara el corazón aún a riesgo de perderlo y salir magullado.
Me echo de menos.
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